La idea de utilizar infusión de té para los adobos parece exótica, pero tiene una profunda lógica práctica.
Según un corresponsal de , el té negro contiene taninos naturales que actúan como ablandadores suaves, actuando suavemente sobre las fibras proteínicas en lugar de destruirlas agresivamente como suele hacer el vinagre.
El té también aporta un color profundo, casi ahumado, y una ligera nota floral o amaderada, según la variedad.
Para este adobo, hay que preparar té fuerte, enfriarlo a temperatura ambiente y mezclarlo con ingredientes clásicos como cebolla, ajo y aceite.
Este método funciona especialmente bien con aves y carnes rojas para estofar o asar lentamente. La carne no se agria, sino que adquiere una suavidad especial y un fondo de sabor complejo.
Este es un caso en el que experimentar con alimentos conocidos en la cocina abre nuevas facetas de sabor poco convencionales.
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