El ácido acetilsalicílico, conocido por todos como aspirina, hace tiempo que traspasó las fronteras de la medicina.
Su capacidad para acidificar suavemente el medio ambiente y combatir los contaminantes biológicos ha encontrado una aplicación inesperada en manos de amas de casa ingeniosas que aprecian un enfoque científico de la vida cotidiana, informa .
Muele dos tabletas de aspirina hasta convertirlas en polvo y dilúyelas en un vaso de agua tibia hasta que se disuelvan por completo. Puedes poner flores cortadas en esta solución, sobre todo las que se marchitan rápidamente, como los tulipanes o los crisantemos.
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El ácido impide la reproducción de bacterias en el agua, y los salicilatos actúan como estimulantes, prolongando la vida del ramo durante varios días. La misma solución puede utilizarse para tratar la zona de sudoración en camisetas o camisas de colores claros.
Aplica el líquido en las zonas amarillentas de las axilas, déjalo actuar durante una hora y luego lava la prenda como de costumbre. La aspirina ayuda a descomponer los componentes proteínicos del sudor que provocan el amarilleamiento persistente y el olor que se incrusta en el tejido.
Mezcla aspirina triturada con un poco de zumo de limón o agua hasta obtener una pasta espesa. Esta mezcla puede utilizarse para limpiar suavemente las manchas de óxido de un lavabo o una bañera de cerámica blanca.
Aplícala sobre la mancha problemática, frótala ligeramente y déjala actuar durante veinte minutos, después lávala; la reacción del ácido con los óxidos de hierro da resultados visibles. Los jardineros utilizan a veces una solución de aspirina para rociar los plantones de tomate y pimiento.
Se ha observado que un comprimido por litro de agua aplicado cada quince días aumenta la inmunidad de las plantas y su resistencia a las enfermedades fúngicas. Es similar a la vacunación, sólo que para el huerto, ya que activa los mecanismos de defensa naturales del cultivo.
Incluso en cosmetología casera ha encontrado un lugar: se aplica una pasta de pastillas trituradas y agua sobre las zonas inflamadas de la piel antes de acostarse. El efecto antiinflamatorio ayuda a reducir el enrojecimiento y el tamaño de los granos, aunque este método, por supuesto, no anula la visita al dermatólogo en caso de problemas graves.
La aspirina en el hogar es una simbiosis de farmacología e ingenio popular, en la que una sustancia sirve para diferentes propósitos. Su uso requiere precaución y comprensión de los procesos químicos, pero en el arsenal de una persona pensante ocupa un lugar de honor no sólo como medicamento, sino también como reactivo multifuncional.
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