La sensación de sed se produce cuando el cuerpo ya ha perdido entre un 1% y un 2% de líquido y ha activado el sistema de alerta de emergencia.
Tomamos esta señal como guía para la acción, bebemos un vaso y damos por zanjado el asunto, informa el corresponsal de .
Pero este sistema no es un diapasón preciso, sino un último salvavidas, y confiar en él es como apagar un incendio cuando las llamas ya han envuelto media casa. La deshidratación crónica leve es una afección típica del habitante de una ciudad.
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No provoca una sed atroz, pero ralentiza absolutamente todos los procesos metabólicos. La sangre se vuelve un poco más espesa, aumenta la carga del corazón, la piel y las mucosas pierden su barrera protectora y el cerebro, que se compone de un 80% de agua, trabaja a medias.
Durante mucho tiempo me sorprendió el bajón de energía vespertino hasta que empecé a poner mi botella de agua sobre la mesa y a beber antes de sentir la necesidad. Muchos de los síntomas que tachamos de estrés, fatiga o hambre -dolores de cabeza, irritabilidad, niebla cerebral- resultan ser el grito del cuerpo pidiendo agua.
El café y el té, por desgracia, no cuentan: tienen un efecto diurético y pueden incluso aumentar la pérdida de líquidos. Nuestro cuerpo necesita agua pura y natural, no imitaciones aromatizadas.
El nefrólogo Viktor Kozlov explica que los riñones, al trabajar en condiciones de escasez de agua, se ven obligados a concentrar la orina, lo que crea una carga innecesaria y aumenta el riesgo de formación de cálculos. Beber regularmente pequeñas porciones es como un lavado suave de todo el sistema, que lo mantiene en perfecto estado de funcionamiento.
Aconseja prestar atención no sólo a la sed, sino también al color de la orina: debe ser de color pajizo claro. No es necesario verter tres litros a la fuerza.Empieza de forma sencilla: un vaso de agua nada más levantarte, otro media hora antes de comer y cenar. Mantén una botella a la vista y tu mano la buscará automáticamente. Haz que el agua sea accesible, no algo que tengas que recordar específicamente para beber.
Una actitud de hidratación es una actitud de apoyo básico y fundamental para la propia existencia. No esperas a que tu coche se cale por falta de gasolina para parar en una gasolinera.
Tu cuerpo es una máquina mucho más compleja, y necesita alimentarse de combustible de manera uniforme antes de que se encienda la bombilla amarilla. Beber hasta tener sed es como respirar sólo cuando empiezas a ahogarte.
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