Cuánta sal hay que poner para salvar la remolacha: los límites de lo razonable en las recetas populares

El consejo de echar sal a la remolacha para que esté dulce va de generación en generación, enmarcado por mitos.

En efecto, la sal puede afectar al sabor de los tubérculos, pero su exceso es destructivo para todos los seres vivos del suelo, según el corresponsal de .

El sodio, que es el elemento principal de la sal, no es necesario para las plantas en tales cantidades. Su aplicación es siempre un estrés que hace que la remolacha acumule más azúcares en la raíz, una especie de reacción de defensa.

Pero la sal no sólo mata el sabor, sino que literalmente preserva el suelo, alterando su estructura y deprimiendo la vitalidad de las lombrices de tierra y las bacterias beneficiosas. El suelo después de tales experimentos se vuelve pobre y denso, como el asfalto.

Si realmente quieres probar este método, es importante entender la dosificación y la tecnología. Estamos hablando de una solución débil – no más de una cucharada (sin portaobjetos) por diez litros de agua.

Riego con esta solución se lleva a cabo estrictamente dos veces por temporada: la primera vez en la etapa de 4-5 hojas verdaderas, el segundo – un mes antes de la cosecha esperada. No vierta bajo la raíz, sino en surcos previamente humedecidos a una distancia de 10-15 centímetros de la fila.

Después de tal procedimiento, es deseable derramar la cama con agua limpia ordinaria para minimizar el impacto de la sal en la biota del suelo. Esto minimizará de alguna manera los efectos negativos.

Es mucho más seguro y eficaz proporcionar a la remolacha las condiciones adecuadas para su dulzor natural. Este cultivo necesita vitalmente boro y un buen aporte de potasio durante el periodo de formación de las raíces.

La carencia de boro produce raíces huecas, fibrosas y desagradables al paladar. Basta con pulverizar el follaje con una solución de ácido bórico (2 gramos por 10 litros) para resolver este problema de forma espectacular.

El potasio, por su parte, puede administrarse con la ceniza ya mencionada o con sulfato potásico. Estos abonos favorecen la calidad de la cosecha sin dañar el ecosistema de tu huerto.

La sal es una herramienta rudimentaria del pasado, cuando no había fertilizantes disponibles y competentes. Hoy en el arsenal del dachnik hay una masa de medios de acción puntual, que ayudan sin paralizar.

La mejor manera de conseguir remolacha dulce es un lugar soleado, tierra suelta y riego oportuno. Todo lo demás son ajustes, y el riego con sal es un último recurso, que es mejor no hacer sin razones serias.

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